“Para el día de San Juan traían los mozos ramos de cerezo (con cerezas), nogal y otros frutales. Iban en busca del cerezo hasta Zabalza, en Urraul Alto. Con estas ramas hacían arcos en las puertas de las casas donde había mozas. Para eso, hay en las fachadas de las casas tres herraduras, clavadas, en tomo a la parte superior de las puertas. La operación la hacían durante la noche. Las mozas esperaban con ilusión la amanecida de San Juan, para ver un lucido arco de cerezas en sus puertas”.

Costumbre de Napal. contada por Pilar Leoz (José de Cruchaga, 1970)

Napal ya se cita en el año 1064, cuando Garcia Xemenones y Mancia Fortuñones dan a Leire varias propiedades, el monasterio de Santa Columba en la foz de Aspurz y varios terrenos cercanos: “concedimus uobis illum monasterium nostrum quem habuimus in foce de Aspurci, quod uocitatur nomine Sancta Columba, cum suis terris et nomine monte Idocorri: ex una parte cum termino de Aspurç, ex alia parte tenente cum termino de Napal et de Ugarra.”

En 1366 lo habitan cuatro vecinos, Sancho Martin, Maria Biuueçal, Yenego d’Yaurrieta y Sancho de Ugarra.

Según el diccionario de 1802: “Está en un sitio pendiente mirando al o. del valle: al e. tiene montes de mediana elevacion vestidos de encinas, que algunos años producen pasto para el ganado, al s. tierras de pan llevar en situacion áspera y escabrosa […] Todo el terreno es montuoso, y produce trigo, cebada, algo de vino y otros frutos. La poblacion es de 10 casas con 52 personas”.

El poblado protohistórico del Cerro tiene una superficie de 6.000 m², tiene forma de medio círculo mirando al norte, con un diámetro de 100 m. Al sur usa como defensa natural la misma peña. Unos metros más al norte una trinchera que rodea todo el recinto servía como segunda gran defensa, y unos metros más al norte otras dos trincheras parciales parece que sirvieron de defensa inicial. Aunque está sin excavar, en superficie se han encontrado cerámicas desde la Edad del Hiero, vajilla romana, hasta material de época medieval.