Testimonios del siglo XIX

La alimentación (estudio de José Cruchaga y Purroy en 1970)

«El desayuno consistía, casi siempre, en habas; a veces con tocino. Como no había más vacas que las de trabajo, no había más leche que la de las cabras, y casi toda era para los cabritillos.

A las doce se comía sopa de ajos y después, berza o patatas. No se comía ración. (Ración se llama a la carne, pescado, tortilla, huevos, embutidos, etcétera, es decir al plato que sigue a la verdura o legumbres).

Por la noche se cenaba berza, en su tiempo, o patatas y sardinas de cubo. Se repartía una sardina para varios. A los críos se les daba sopas, patatas y chocolate».

— (Da. Ramona Lizarte Pérez, de 88 años, de Bigüézal.)

«Los hombres iban a las seis y media a la taberna y allí estaban hasta las siete. Comían un poco de pan y bebían un par de vasos de aguardiente. El aguardiente costaba a cinco céntimos el vaso. Eso se hacía en invierno. En verano no se iba a la taberna; se tomaba en casa una copa, a las cinco de la mañana, y se iba al campo o al monte.

Al trabajo del monte se llevaba un pedazo de pan; algunos, nada más; otros, con una «chula» (chuleta de tocino). Al volver, por la tarde, era raro el que no entraba a la taberna y tomaba vino.

Al campo se les llevaba a los hombres almuerzo, comida y merienda. En verano el régimen era así: a las ocho, almuerzo; a las diez se paraba el trabajo y se comía pan y queso o cebolla; a las doce, la comida; a las tres, otro alto, para comer pan y cebolla y alguna vez chorizo, y a las cinco, la merienda.

El tenedor apenas se usaba más que cuando se comía ensalada.

Algunas veces se comía «al rancho» (todos de una misma cazuela, sartén, fuente, etc. ), sobre todo la cena, que se sacaba en una sopera grande.

Se hacía «talo» (torta de maíz), en el fogón de la cocina. El talo se comía después de cenar, antes de ir a la cama.

En Bigüézal se vendía diariamente un cántaro de aguardiente y una carga de vino. (ocho cántaros, a trece litros, que son unas ciento cuarenta pintas)».

— (D. Cándido Marchueta, de Bigüézal.)

«La comida consistía en arvejas o berza y tortilla o sardinas de cubo. La cena era parecida a la comida. Se comía mucha arveja; también huevos. Vino se bebía siempre. Café, sólo por fiestas. En algunas casas comían al rancho, en sopera».

— (D. Ramón Salvador y Da. Pilar Bortiri, de 76 años, de Bigüézal.)